Por quinta vez, Delta Air Lines ha sido nombrada como una de las empresas más innovadoras del mundo por Fast Company. En esta ocasión, la aerolínea global fue reconocida en el tercer puesto en la categoría de Responsabilidad Social Corporativa por sus esfuerzos tangibles para ampliar el uso de combustible de aviación sostenible (SAF).
La lista, publicada anualmente, destaca a las empresas globales que lideran la transformación de sus respectivas industrias.
“Es el año de nuestro centenario y estamos más enfocados que nunca en innovar para un futuro de viajes más sostenible”, afirmó Amelia DeLuca, directora ejecutiva de Sostenibilidad de Delta. “La sostenibilidad es buena para el negocio, nuestra gente y el planeta, y este reconocimiento refleja directamente el arduo trabajo de los empleados de Delta en toda nuestra organización, quienes marcan la Diferencia Delta en nuestro camino hacia cero emisiones netas para 2050”.
El año pasado, Delta se aseguró un lugar en la lista de Fast Company por ser la primera aerolínea en ofrecer conectividad Wi-Fi rápida y gratuita en los cielos, disponible ahora en la mayoría de los vuelos nacionales principales, con expansiones internacionales y regionales en marcha.
«Un cambio significativo no se produce de la noche a la mañana», afirmó Charlotte Lollar, directora de SAF. «Pero las decisiones y acciones que tomemos hoy son vitales para asegurar el futuro de los viajes aéreos. El SAF es una tecnología relativamente nueva y también una de las herramientas más importantes disponibles hoy en día para descarbonizar la aviación a corto y mediano plazo. Por eso, estamos trabajando en toda la industria y más allá para ampliarlo».
Además, Delta está cultivando alianzas innovadoras para impulsar su camino hacia el cero neto a través de su Laboratorio de Cielos Sostenibles. A principios de este año, Delta anunció una colaboración de innovación más profunda con Airbus para impulsar tecnologías de aviación de última generación que revolucionen el futuro de la aviación. Delta y Airbus también se están asociando con el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta (ATL), Airbus y Plug Power para explorar la infraestructura aeroportuaria y los requisitos operativos necesarios para implementar de forma segura las operaciones de combustible de hidrógeno, así como para evaluar la viabilidad del futuro del abastecimiento de hidrógeno en el aeropuerto más transitado del mundo.